Antes de comenzar, descubriremos la morfología de nuestro cuerpo, que es fundamental saber para planificar la dieta y el entreno. Todos habéis oído comentar alguna vez “Joder, ese tío se infla de bocatas y no se engorda“, eso es verdad. Depende de su morfología, aunque eso no es para siempre, a medida que te haces mayor, cuesta más perder peso. Las diferentes clases de cuerpo responden de forma muy distinta al entrenamiento y lo que funciona para unos no lo hace necesariamente para otros.
TIPOS DE CUERPOS
- Ectomorfo
Se caracteriza por una parte superior del cuerpo corta, brazos y piernas largos, pies y manos largos y estrechos y muy poco almacenamiento de grasas; cintura y hombros estrechos y generalmente músculos largos y delgados.
- Mesomorfo
Amplio tórax, torso largo, sólida estructura muscular y mucha fuerza.
- Endomorfo
Musculatura blanda, rostro redondo, cuello corto, caderas anchas y mucha grasa almacenada.
Por supuesto, nadie presenta un tipo al 100%, sino que puede haber una combinación de los tres tipos.
CUALQUIER CLASE DE CUERPO PUEDE SER DESARROLLADO CON EL ENTRENAMIENTO Y LA NUTRICIÓN APROPIADA.
ENTRENAMIENTO ECTOMORFO
Tu objetivo principal es ganar peso. Preferentemente en forma de masa muscular de calidad. No tendrá la fuerza y resistencia para sesiones de entrenamiento largas, te darás cuenta de que la masa muscular se desarrolla muy lentamente y a veces se tendrás que obligarte a comer lo suficiente para poder crecer.
- Empezar con ejercicios básicos e incluir muchos movimientos para conseguir masa muscular.
- Hacer completo el entrenamiento básico, pero con descansos largos para permitir al cuerpo afrontar ese esfuerzo.
- Tomar más calorías de las acostumbradas y utilizar ayudas para ganar peso (como batidos más altos en hidratos de carbono que de proteína).
- Evitar el cardio durante la fase de volumen.
ENTRENAMIENTO MESOMORFO
Te resultará relativamente fácil aumentar masa muscular, aunque deberás incluir variedad de ejercicios. Te recomiendo:
- La combinación de movimientos pesados de fuerza y variedad de ejercicios que proporcionen forma. Cuanto más variado es el programa, mejor será la calidad, proporción y simetría del cuerpo.
- Entrenamientos relativamente largos con tiempos moderados de descansos, pero recuerda que tu físico responde tan bien al entrenamiento que, sesiones excesivamente largas, no son necesarias.
- Una dieta equilibrada con todas las proteínas y mantener un nivel de calorías que conserve el físico a 5 u 8 kilos del peso a lo largo de todo el año. No meterse 15 o más kilos y después tener que quitarse todo ese peso “para el veranito”.
ENTRENAMIENTO ENDOMORFO
No tendrás muchas dificultades a la hora de crear músculo, pero tienes que preocuparte de perder grasa y, por lo tanto, ser muy cuidadoso con la dieta, de forma que no vuelvas a recuperar el peso perdido. Deberás hacer:
- Entrenamiento de máximas series y máximas repeticiones con periodos de descanso muy cortos, con el fin de quemar la mayor cantidad de grasa posible.
- Ejercicios aeróbicos complementarios como la bicicleta, correr… Cualquier clase de actividad que consuma calorías.
- Una dieta equilibrada y baja en calorías. Consumir el mínimo de hidratos y grasas, pero incluyendo vitaminas y suplementos minerales para tener la seguridad que al cuerpo no le va a faltar ningún nutriente esencial.
En ocasiones, es difícil apreciar los cambios con la báscula y la cinta métrica. Puedes estar a dieta y estar a la vez ganando peso, puesto que tu entrenamiento está creando más masa muscular. Puedes llevar a cabo una dieta estricta y perder tejido muscular a la vez que grasa; o puedes entrenarte tan intensamente que “sobreentrenes” y fuerces a tu cuerpo a quemar masa corporal limpia en el proceso.
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